FRANCESC RUIZ I QUESADA. Los retablos de Xèrica (Castellón) en tiempos del gótico, Retrotabulum, 18, 2016, 100 p.
ISSN: 2014-5616
La villa de Xèrica fue uno de los enclaves de mayor importancia de la diócesis de Segorbe y Albarracín y para la ornamentación de sus altares solicitó la elaboración de retablos a los mejores pintores del Reino de Valencia. Lamentablemente desaparecidos en su mayoría, el análisis de la documentación conservada facilita su divulgación y, a la vez, la ponderación de diversos aspectos que afectan al lugar de destino, precio, estructura, iconografía, comitentes, autoría, fortuna crítica, etc. Ello nos permite demostrar que el retablo mayor, encargado por la villa de Xèrica al pintor Llorenç Saragossa para su nueva parroquial, no fue el mismo que presidió el altar mayor de Santa Águeda la Antigua, atribuido al pintor Jaume Mateu. La reforma que tuvo el primero de estos conjuntos durante los años 1512 y 1513, llevada a cabo por Pedro Robredo, responde a la actualización del mueble, según la moda impuesta a principios del siglo XVI y con arreglo a un programa iconográfico que coincide con el del guardapolvo del retablo mayor de la iglesia de San Félix de Girona.
Entre las obras visitadas destacan también el retablo de San Miguel, atribuido a Gherardo di Jacopo Starnina, a Miquel Alcanyís o al Maestro de la Santa Cruz, y el retablo de San Jorge, obra encargada por la Cofradía de este santo caballero al pintor Berenguer Mateu. El origen militar y nobiliario de estas cofradías queda corroborado, en lo que respecta a la de Xèrica, por sus fundadores: Pedro de Xèrica, que fue gobernador general del Reino de Valencia y consejero del rey Pedro el Ceremonioso, y otros caballeros. La muerte de Pedro de Xèrica, en una fecha anterior al 24 de febrero del año 1362, confirma que la fundación de la Cofradía de San Jorge de Xèrica fue previa a la del Centenar de la Ploma de Valencia
El análisis de la producción pictórica de ambos hermanos, las de Jaume y Berenguer Mateu, genera concomitancias que nos permiten acoger la obra de otros artistas, tales como Blasco de Grañén, el Maestro de Retascón o la del mallorquín Rafel Mòger.
Texto: Francesc Ruiz Quesada
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