Joan Valero

Scultura e pittura del medioevo a Treviso: 1

Monografía sobre la escultura arquitectónica de Treviso, entre el siglo VI hasta la conclusión de la obra románica del Duomo, en 1141

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Descripción

GUIDO TIGLER. Scultura e pittura del medioevo a Treviso: 1. Le sculture dell’Alto Medioevo, CERM, 2018, 353 p.
ISBN: 978-8895368184

Este volumen, dedicado a las artes figurativas de la Edad Media en Treviso, examina la escultura arquitectónica (hasta ahora muy negligida), formada principalmente por fragmentos erráticos de mobiliario litúrgico, establece como límites cronológicos los tiempos del obispo Felice, quien en 569 evitó la destrucción a la ciudad de Treviso por parte de los lombardos, y la conclusión de la obra románica del Duomo, atestiguada por la inscripción con la fecha de 1141 en el piso de mosaico, en gran parte perdido.

A pesar de que las huellas artísticas de estos oscuros siglos son innegablemente escasas, difíciles de leer y quizás, en sí mismas, de poca importancia, su análisis cuidadoso puede dar pistas importantes a los historiadores, si se lleva a cabo, como aquí tratamos de hacer, contextualmente una revisión de todas las evidencias documentales, desde fuentes escritas hasta leyendas hagiográficas sobre mártires y noticias inciertas sobre sus reliquias, desde controvertidos datos arqueológicos hasta las evidencias arquitectónico-urbanas.

Aunque nunca ha sido un verdadero centro de producción escultórica, Treviso es un punto de observación privilegiado para el estudio de la irradiación en las costas del Adriático, al noreste de Italia, de las obras e influencias, primero de Constantinopla y Rávena, luego de Venecia, pero también por la difícil reconstrucción del papel desempeñado por Poreč (Parenzo) durante el cisma tricapitolino, de Grado en primer lugar, de Cividale del Friuli y Cittanova Eracleia en el siglo VIII.

Incluyendo en el campo de la investigación ciudades muertas como Altino, Torcello, Oderzo y Concordia, pero también Ceneda, florecientes durante la era lombarda, el libro ofrece una amplia visión general, en la que destaca la afirmación temprana de la escuela de la laguna ya entre la segunda mitad del siglo VIII y principios del siglo IX (de hecho, en un excursus sobre el origen de Venecia, llegamos a argumentar que la abundante producción escultórica, especialmente de sarcófagos y pozos, del Dogado veneciano en este período ayuda a demostrar que el área ha sido poblada intensamente y ha tenido relevancia económica sólo desde entonces).

De manera similar para el siglo XI, la reconstrucción de la catedral de Treviso por el obispo Rotario arroja luz sobre las obras de las catedrales de Aquileia y Torcello y la abadía de Pomposa, así como la obra de construcción de la catedral de 1141 está conectada con los «Contariniani» de la misma Pomposa, de Padua y Murano.