Joan Valero

Roma medievale. Il volto perduto della città

Estudios sobre el arte de Roma desde la época del papa Gregorio Magno hasta el anuncio del primer Jubileo de 1300

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Descripción

MARINA RIGHETTI, ANNA MARIA D’ACCHILLE (ed.). Roma medievale. Il volto perduto della città, De Luca Editori d’Arte, 2022, 300 p.
ISBN: 978-8865575314

La publicación abarca un período de tiempo que comprende desde el siglo VI al XIV, desde la época del papa Gregorio Magno hasta el anuncio del primer Jubileo de 1300.

Se desarrolla en nueve núcleos temáticos principales que tienen como objetivo -gracias a la más de 160 obras entre mosaicos, frescos y obras móviles- ofrecer nueva luz sobre el aspecto de una ciudad que aún permanece en una pequeña parte, aunque a menudo oculta.

Se acompaña al lector a través de los pliegues históricos, arquitectónicos y artísticos de la Roma medieval, a través de sus lugares más emblemáticos, como basílicas y palacios, pero también gracias a la reconstrucción del contexto ambiental, hoy profundamente modificado, caracterizado, por ejemplo, por la curso serpenteante del Tíber que, con sus puertos y puentes, era el escenario y teatro de la vida y actividades urbanas.

A continuación, se profundiza en la inmersión en la realidad de la Edad Media romana examinando los ricos encargos de papas y cardenales, la actividad de los artistas y los talleres artesanales, que contribuyeron a la fascinación que ejercía la Urbe, meta de peregrinaje imprescindible también para reyes y emperadores.

Un espacio importante está dedicado a la relación privilegiada establecida a lo largo de los siglos entre la ciudad y el papado. El lector podrá así conocer a los papas más representativos de la época, como Gregorio Magno, León III, Inocencio III y Bonifacio VIII, protagonistas de momentos clave de la Edad Media.

En Roma, ya en el siglo II a. C., se asentó la comunidad judía, la más antigua del mundo, que con altibajos vivió de forma continuada en la ciudad, constituyendo, sobre todo en el siglo XIII, un polo cultural de alto nivel, también para sus intercambios internacionales.

Roma, pues, por su propia naturaleza de centro de poder político, económico y religioso, ha estado siempre en el centro de un denso entramado de culturas.