L’imitation de l’Antiquité dans l’art médiéval (1180-1230)
Renovado enfoque sobre las relaciones entre la Antigüedad y el estilo 1200, corriente antiquizante que se desarrolla al norte de los Alpes
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Descripción
LAURENCE TERRIER ALIFERIS. L’imitation de l’Antiquité dans l’art médiéval (1180-1230), Brepols, 2016, 343 p.
ISBN: 978-2-503-55317-7
Renovado enfoque sobre las relaciones entre la Antigüedad y el estilo 1200, corriente antiquizante que se desarrolla al norte de los Alpes, a través de los tipos de modelos utilizados por los orfebres, escultores y pintores medievales, así como las modalidades de la imitación de las obras del pasado.
Entre 1180 y 1230, aparece un estilo particular en el norte de Europa, cuyas características principales constituyen el eco del arte antiguo. El llamado estilo 1200 es un fenómeno bien conocido, estudiado en las últimas décadas, y ya han sido analizadas las relaciones con la antigüedad. Sin embargo, son pocos los modelos antiguos específicos que se han propuesto, y tampoco se han resuelto las cuestiones acerca de la localización de las obras imitadas, así como las modalidades y las intenciones del proceso de imitación. El presente trabajo ofrece una visión global del estilo 1200, centrándose en el estudio de los tipos de patrones observados por los antiguos artistas de finales del siglo XII e inicios del XIII. Podemos llegar a conclusiones mediante la observación de vestigios próximos a los lugares de actividades de los artistas, en la Galia y en Alemania, y establecer criterios estéticos detrás de este movimiento antiquizante.
Después del desarrollo historiográfico de las investigaciones que han abordado los vínculos entre la Antigüedad y la Edad Media y el estilo 1200, este estudio propone un primer capítulo sobre la noción medieval de imitación en el arte de la Edad Media, sirviéndose del libro de modelos de Villard de Honnecourt para entender lo que interesaba al artista del 1200 y la manera cómo interpretaban los modelos. También se presenta la problemática sobre las relaciones con el mundo bizantino, ya que han sido utilizadas a menudo para explicar las tendencias clasicistas en el arte alrededor de 1200.
El cuerpo del trabajo gira en torno a tres capítulos principales (2, 3, 4) divididos por técnicas (orfebrería, escultura y pintura). Esta distribución se corresponde con el desarrollo cronológico del estilo 1200, que aparece alrededor de 1180 en la orfebrería, para extenderse a la escultura y la pintura antes de inicios del siglo XIII.
El segundo capítulo, dedicado a la orfebrería, dedica un amplio espacio a las célebres obras de Nicolás de Verdún, siendo precedido por una parte dedicada al arte mosano anterior a 1180. También se aborda la poderosa influencia de Nicolás de Verdún en la región de Mosa, Colonia y Aquisgrán. Para cada una de las obras consideradas, se recuerdan los estudios previos y modelos antiguos o bizantinos propuestos, y se aportan nuevos modelos, tratando de entender cómo fueron investigados y ofreciendo respuesta a la cuestión de la ubicación y visibilidad. Se demuestra el importante papel de Nicolás de Verdún en el proceso de implementación de un arte innovador, basado en el estudio de obras antiguas que se encuentran en Montier-en-Der, Reims y Colonia. La sección dedicada al corpus de escultura se inicia con la recuperación de elementos de la Antigüedad en el románico de Auvernia, en el sur de Francia, España e Italia, con el fin de destacar la nueva actitud de los artistas vis-a-vis frente a anteriores imitaciones de la Antigüedad.
La investigación de carácter estilístico aspira a una representación convincente de la tridimensionalidad y la naturaleza que gobierna el arte de los años 1200, a diferencia de los artistas románicos, que buscan más los elementos técnicos y compositivos antiguos. A continuación, se examina la aparición del estilo antiquizante en Laon, Sens y Braine, constatando las fuertes influencias de la orfebrería mosana al principio, antes de que los escultores se orienten directamente hacia los restos antiguos. Se toman en consideración los más bellos grupos escultóricos de la época, tales como los de Chartres, París, Reims, Inglaterra y Alemania, con especial énfasis en el brazo sur del crucero de la catedral de Estrasburgo.
Por último, el cuarto capítulo se centra en la producción pintada analizando la utilización de modelos en el manuscrito más icónico del estilo 1200: el salterio de Ingeborg. Las conclusiones muestran la ausencia de modelos antiguos utilizados por los pintores, que asimilan las innovaciones introducidas por los escultores contemporáneos.
Por último, el estudio finaliza con una parte que agrupa nuestro tema temáticamente teniendo en cuenta el proceso de imitación de la antigüedad. Se examinan cuidadosamente las razones de esta mirada renovada a las obras del pasado en las décadas analizadas, argumentando la pista local de las fuentes estudiadas, a expensas de los viajes, a Roma o Grecia, y aportando algunos testimonios escritos sobre la percepción de la Antigüedad en los siglos XII y XIII.