Joan Valero

La Escultura en madera del Gótico final en Sevilla. La sillería del coro de la Catedral de Sevilla

Estudio sobre la actividad de los talleres escultóricos en madera del gótico final en Sevilla

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Descripción

SALVADOR HERNÁNDEZ GONZÁLEZ. La Escultura en madera del Gótico final en Sevilla. La sillería del coro de la Catedral de Sevilla, Diputación de Sevilla, 2014, 413 p.
ISBN: 978-8477983521

En este trabajo, basado en la que fue nuestra tesis doctoral y galardonado con el accésit del premio Archivo Hispalense de 2012 en su sección de Arte, acometemos el estudio de la actividad de los talleres escultóricos en madera del gótico final en Sevilla. Como es sabido, el magno proyecto artístico de la nueva catedral gótica requirió la participación de una numerosa pléyade de escultores y entalladores en el programa ornamental del templo, en el que el mobiliario litúrgico tenía destacado protagonismo. De esta forma, al compás de la marcha de las obras del nuevo templo se desarrolló un activo foco escultórico en el que destacan nombres como los de Lorenzo Mercadante de Bretaña, Pieter Dancart, Juan Alemán o Pedro Millán, dedicados unos a la modalidad de escultura en barro y otros a la propiamente en madera. Estos artífices no van a limitar su actuación al templo mayor de la Archidiócesis hispalense, sino que también van a extender su actividad al territorio diocesano, dado el papel rector de la Catedral sevillana no sólo en la vida espiritual sino también artística de esta jurisdicción eclesiástica.

Por ello a la sombra de la Catedral sevillana, la ciudad ve florecer una tan interesante como todavía mal conocida actividad escultórica, que en estos días del gótico final anuncia ya el fuerte peso que la capital hispalense va a ejercer en periodos posteriores no sólo en el panorama artístico del sur peninsular, sino también en las tierras del Nuevo Mundo, merced al envío de piezas artísticas, tráfico que vendrá a iniciarse justamente poco tiempo después del descubrimiento colombino y coincidiendo con el fin de las obras de la Magna Hispalensis, calificada como se sabe de matriz de la Iglesia americana.

A la vista de este panorama escultórico, preludio del florecimiento de la escuela sevillana durante el Renacimiento y el Barroco, acometemos el estudio de la actividad de estos talleres sevillanos de escultura en madera, polarizados como decimos en torno a la Catedral, pero que también extendieron su actividad a otros templos del entonces extenso Arzobispado hispalense e incluso a regiones limítrofes de éste, como la Baja Extremadura, y ya al final del período, a las tierras americanas mediante el envío de algunas piezas.

A la hora de acometer el estudio de estos talleres hemos partido, obviamente, de la escasa bibliografía que se ha ocupado de la actividad escultórica medieval en tierras sevillanas, permitiéndonos tomar conciencia del estado de la cuestión y establecer un primer corpus de artista y obras que nos sirviera como punto de arranque de nuestro trabajo.

El siguiente paso ha sido la revisión de las fuentes documentales del periodo objeto de estudio, que han arrojado desiguales resultados dada la diferente cuantía de los fondos archivísticos y su variable estado de conservación, que han condicionado los resultados del trabajo. Sabido es que la documentación medieval en nuestra zona es de un volumen muchísimo menor que la correspondiente a la Edad Moderna y su concentración en unos pocos archivos. En este sentido, el polo archivístico fundamental ha sido el Archivo de la Catedral de Sevilla, en el que la serie de los libros de Actas Capitulares y los de Fábrica, a pesar de sus lagunas cronológicas, nos ha permitido seguir la actividad de la escultura en madera en el templo cabecera de la Diócesis. Por su parte, el Archivo Histórico Provincial ha sido un importante apoyo para rastrear la actividad de los artistas en aspectos como su vida privada, su producción artística y las relaciones con la clientela, aunque los trasiegos sufridos por sus fondos han determinado la pérdida de documentación y su desigual estado de conservación, que en algunos casos ha impedido su consulta. El Archivo General de Indias, por la conocida naturaleza americanista de sus fondos, ha sido de utilidad para el estudio de los envíos al Nuevo Mundo de las primeras obras de arte de procedencia sevillana.

Las noticias documentales obtenidas de la consulta de estos repositorio documentales, unidas a la identificación y estudio tanto de las obras conservadas como de las perdidas – de las que en algunos casos se conservan testimonios gráficos de las destruidas en la gran catástrofe de los acontecimientos de 1936 – nos han permitido plantear este análisis del panorama escultórico, en su modalidad de la talla en madera, en la Sevilla de finales del gótico. Sin duda alguna el núcleo de análisis se ha centrado en la gran empresa escultórica representada por la sillería catedralicia, verdadero banco de pruebas para la puesta en marcha de un proyecto de tanta trascendencia y repercusión como el retablo mayor del propio templo, llamado a convertirse en el modelo oficial para el ornato de los presbiterios de las iglesias del territorio diocesano hispalense, aunque de esta modalidad son escasos los ejemplos que nos han llegado, reducidos a los retablos mayores de las parroquias de Santiago de Écija, San Juan Bautista de Marchena, ambos en la provincia de Sevilla, ya en la transición al Renacimiento, el de la parroquia de San Pedro de la localidad gaditana de Arcos de la Frontera.

Al compás de la ejecución de estos monumentales proyectos catedralicios surgen los primeros nombres de escultores activos en la Sevilla bajomedieval, entre los que emerge la personalidad artística de Dancart, Jorge Fernández y Pedro Millán.

Texto: Salvador Hernández González