Joan Valero

La cattedrale di Ferrara in età medievale. Fasi costruttive e questioni iconografiche

Monografía sobre la catedral románica de Ferrara, y el papel que ocupaba con respecto a la ciudad

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Descripción

MARTA BOSCOLO MARCHI. La cattedrale di Ferrara in età medievale. Fasi costruttive e questioni iconografiche, L’Erma di Bretschneider, 2016, 320 p.
ISBN: 978-88-913-0967-9

Las catedrales nacidas en el siglo XII, a menudo en concomitancia con el ordenamiento político municipal, se convirtieron en un símbolo de la comunidad y de pertenencia, y también en un lugar de encuentro para todos los ciudadanos.

Cada edificio tiene su propia historia, y cada centro ciudadano posee una cultura que se expresa en plena autonomía, distinguiéndose de sus vecinos.

De hecho, en la Edad Media, hay ciudades donde se consuma un patrimonio local de experiencias constructivas dictadas y codificadas, fácilmente identificables por el número preciso de las citas utilizadas.

Esto no significa que cada centro no se vea afectado por los principales fenómenos suprarregionales: es la capacidad de recepción de la innovación artística lo que ha permitido la realización de las obras en la actualidad más apreciadas.

Respecto a una ciudad todavía pequeña, como era Ferrara a principios del siglo XII, la catedral, construida en la zona del nuevo asentamiento urbano en la orilla izquierda del Po, emerge como un signo tangible del poder y la riqueza de un puerto floreciente, que prometía una amplia expansión y conquista de un papel central en el paisaje comercial del Mediterráneo, a expensas de la cercana Rávena, unas esperanzas que se vieron diluidas por la aparición progresiva del poder veneciano.

Respecto al tejido edilicio de altura modesta, la catedral resultaba la gran casa de Dios y su pueblo, al mismo tiempo que también constituía el foro de la ciudad: a la sombra de su mole se llevaban a cabo las procesiones, se extendían documentos y se realizaban transacciones de negocios.

De hecho, el edificio se convirtió, en el transcurso de menos de un siglo, en el punto focal del nuevo centro de la ciudad, alrededor de la cual se construyeron otros edificios civiles.

La construcción, entonces, tuvo que emerger en formas grandilocuentes y ser visible desde una gran distancia, un verdadero faro para los que vinieron desde el mar o desde el interior a través del Po o la Via Emilia, para tomar la Via Annia o la Via Popilia.

Los maestros de Ferrara, capaces de elaboraciones complejas creadas a partir de elementos tomados de la tradición constructiva padana, dieron la bienvenida a la experiencia arquitectónica de las experimentaciones más interesantes de la época, tales como las de Módena y Pisa, valiéndose del escultor más importante en ese momento en el valle del Po, Nicolò […]