Joan Valero

La caballería en el arte de la Baja Edad Media

Acercamiento al complejo universo de la caballería bajomedieval y su relación con la producción artística de su tiempo

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Descripción

CARMEN VALLEJO NARANJO. La caballería en el arte de la Baja Edad Media, Universidad de Sevilla, 2013, 480 p.
ISBN: 978-84-472-1309-2

El caballero se convertirá para Occidente en la referencia de un modo de vida idealizado que contiene todos los valores humanos y cristianos de su tiempo. Nuestro caballero gusta de lo bello en la suntuosidad de la vida cortesana, de sus casas, sus fiestas, sus juegos, sus libros, en la esmerada orfebrería de su armadura y del aparejo de su caballo. Todo cuanto le rodea debe encerrar esa belleza mística, simbólica… Todo debe estar engalanado con el rico vocabulario caballeresco, bálsamo para una existencia continuamente expuesta. Como bien dice Huizinga “La caballería no hubiera sido el ideal de la vida durante varios siglos si no hubiesen existido en ella altos valores para la evolución de la sociedad, si no hubiese sido necesaria social, ética y estéticamente. En la bella exageración se puso el énfasis de este ideal” (Huizinga, Johan. El Otoño de la Edad Media. Madrid, 1978, p. 143). La caballería es, por tanto, un ideal estético y moral que puede sintetizarse en el concepto medieval de lo épico. Entendiendo lo épico como proyección de la naturaleza humana sublimada. O como el sueño, la superación, la perfección, la belleza de una fútil existencia convertida en aventura. En definitiva, el caballero es el héroe medieval por excelencia.

Como colectivo, son muchos e importantes los aspectos en los que la caballería influyó en la cultura de su tiempo. Como aglutinante de una mentalidad fruto del concepto de Europa, tal y como hoy la conocemos. Como factor político indispensable para entender la evolución de la monarquía. O como elemento civilizador, tanto en el ámbito bélico como en el cortesano y en otros tantos en los que participa activamente. La caballería medieval es un capítulo esencial en la historia de las mentalidades europeas.

El propio proceso vital del fenómeno caballeresco depuró de forma natural las imágenes y escenas más descriptivas de su imagen pública y privada. Se generó un repertorio iconográfico genuinamente caballeresco que tradicionalmente se encuentra disperso e integrado, tanto en la iconografía laica de la corte como en la iconografía cristiana. Con ello podemos comprender la importancia de las interrelaciones político-culturales entre los dos grandes estamentos medievales y el excepcional papel jugado por la caballería que participa y cohesiona ambos discursos ideológicos. Otras son genuinamente caballerescas como la heráldica, que en absoluto es un mero repertorio decorativo y posee un marcado carácter funcional. Su utilización y su expansión como código semiótico a través de la producción artística de su tiempo es una de las mayores aportaciones culturales de la Edad Media a la civilización europea. Este vasto y profundo mensaje y su repertorio iconográfico se extendió a través de su utilización en cualquiera de los consagrados formatos artísticos, incluida la Fiesta. La producción artístico-plástica caballeresca producida por y para el estamento nobiliario supone que la cualidad de ésta es siempre, o aspira a ello, de máxima calidad material e intelectual.

Este libro pretende un acercamiento al complejo universo de la caballería bajomedieval y su relación con la producción artística de su tiempo. Atendiendo, en lo posible, a las peculiaridades en el reino de Castilla. Reconociendo los elementos esenciales que afectan, generan y constituyen el concepto de caballería medieval y su ideología. La cual, emitió un mensaje intelectual propio e internacional, de tal fuerza y magnitud que generó un producto artístico global que sólo se encuentra consagrado en Castilla como género en el ámbito artístico-literario. Es pues, el estudio del propio tema y su relación con el arte, la propuesta global que aquí se ofrece para avanzar, siempre, en las claves de nuestra esencia cultural a través de este fenómeno tan genuinamente europeo.

Texto: Carmen Vallejo Naranjo